A pesar de que el mundo avanza hacia la liberación del comercio en busca de más oportunidades para el crecimiento económico de sus países, el flamante ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, anunció que jamás firmará un tratado de libre comercio y, por si fuera poco, anunció que analizaría nuevas restricciones comerciales tras el fin de las salvaguardias.

De esta forma Campana reafirma el continuismo de la política del Gobierno saliente que mantuvo una política hostil al comercio exterior y a al comercio en general los últimos10 años. Las cifras oficiales demuestran que el comercio exterior de Ecuador se contrajo en un 8% el año pasado.

Actualmente el país tiene 33 instrumentos comerciales subscritos que incluyen el Acuerdo con la Unión Europea, renegado varias veces con el correísmo que al final del día se vio forzado a suscribir. Por otro lado están conformando distintos bloques regionales para facilitar el comercio y la inversión, de los cuales el Ecuador no es miembro.

El Gobierno insiste en no concretar un acuerdo comercial formal con el mayor socio comercial del Ecuador, que es Estados Unidos; Campana insiste en que solo busca renovar las preferencias arancelarias que no representan una solución permanente de largo plazo.

Los acuerdos comerciales generan prosperidad, empleo y oportunidades, pero el Gobierno de Moreno insiste en seguir en la ruta definida por el correísmo hace 10 años.

Compartir: