Como ciudadano preocupado por el deterioro de la economía nacional y de las libertades para expresarse libre y pacíficamente, el pasado jueves 12 de marzo manifesté mi apoyo moral a las causas que motivan las marchas de este próximo día jueves. Las considero legítimas y dignas de respaldo porque nacen de problemas reales, directamente causados por la equivocada visión de este régimen.

Como era de esperarse, mis palabras fueron tergiversadas. El régimen buscó que se interpreten como un anuncio de que yo personalmente acudiría a la cita. Su malintencionado objetivo ha sido el de vincular mi figura a la marcha con el propósito de desunir a sus líderes, y así ¨desprestigiarlos¨ ante la opinión pública. Ante estas burdas tácticas cabe aclarar: lo que yo expresé fue mi apoyo anímico y moral a las marchas porque sus demandas son consecuencia de un modelo que debe ser combatido y cambiado. Nunca dije que me adheriría a las marchas con mi presencia. Es más: esto nunca estuvo previsto debido a un impostergable encuentro que en estos momentos llevo a cabo con ecuatorianos en el exterior, y que ya estaba programado desde hace algunas semanas.

Estas marchas, como eventos políticos, pertenecen a sus organizadores. Sin embargo, las causas de la marcha no son propiedad exclusiva de nadie. Pertenecen a todos los ecuatorianos, y los líderes políticos sólo estamos para hacer que las voces de éstos se escuchen. Esto no se trata de quién quiere, o no, aparecer junto a alguien en una marcha, o de quién invita o quién desinvita, sino de que todos tengamos claro que el pueblo ecuatoriano necesita manifestar su descontento. Eso es lo que importa. Eso es lo que hay que apoyar, ahora más que nunca.

Nótese que, una vez más, las intenciones del régimen han sido las de dividir a ecuatorianos para que nos olvidemos del problema real, que es el cansancio del pueblo ante un modelo que concentra el poder en las manos de unos cuantos; un modelo controlador que divide a los ciudadanos justamente en el momento en que deberíamos luchar todos juntos por salir de la crisis en la que el régimen nos ha metido. Es a ellos a quienes les conviene estigmatizarnos, desunirnos, cuando la realidad es que no tiene nada de malo que todos los ecuatorianos, independientemente del sector que provengamos, luchemos unidos contra quienes nos llevan al despeñadero económico.

No dejemos que esto suceda. No dejemos que nos dividan. Por ello, una vez más, reiteramos nuestro apoyo a cualquier ecuatoriano que quiera expresarse libre, pacífica, y democráticamente contra un régimen que los ha abandonado.

Guillermo Lasso.

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